Los beneficios de ser bilingüe

¿Qué significa ser bilingüe?

No existe una definición concreta, sino que hay varias. Hay personas que consideran que ser bilingüe es hablar dos idiomas a nivel nativo, o casi, mientras que otras dicen que es solo cuestión de usar dos idiomas habitualmente. La fluidez que uno tenga se deja a debate, pero, en general, para calificarse como bilingüe, una persona debe ser capaz de comunicarse sin problemas y con soltura en los dos idiomas. A menudo se supone que uno tiene que haber crecido hablando los dos idiomas, pero, también, se puede adquirir un buen nivel en un idioma extranjero más adelante. Sea como sea que definamos este concepto, la clave es poder comunicarse fluida y claramente en ambos idiomas :).

Ahora que tenemos una idea general de lo que significa ser bilingüe, podemos ahondar en algunos de sus muchos beneficios. Estos se extienden por muchos ámbitos diferentes de la vida, desde el personal y cultural hasta el profesional. Incluso tiene efectos positivos para la salud cognitiva. Empecemos por el más obvio:

Ser bilingüe es bueno para tu carrera profesional

“Si aprendes otro idioma tendrás un mejor trabajo.” No es raro haber escuchado esta frase o alguna de sus variantes desde la escuela. Pero el bilingüismo no solo amplía las posibilidades de tener un mejor trabajo, sino que también juega un papel importante en el número que aparece en tu cuenta corriente a final de mes. Hablar otro idioma te da un margen de ventaja en el proceso de selección de un trabajo y, además, también aumenta tu valor en la empresa. Una segunda lengua puede darte más oportunidades a la hora de trabajar en el extranjero, o, ¿por qué no?, cambiar de área de trabajo; de obtener un aumento y de trabajar en sectores mejor remunerados y más internacionales. Es de gran utilidad en muchos ámbitos como el turismo, el periodismo, las relaciones internacionales, las ventas, la gestión de empresas…. ¡Hay más opciones de las que te imaginas!

Además de hablar en otro idioma, ser bilingüe también te ayuda en términos más amplios, ya que puede mejorar tus habilidades de comunicación y de resolución de problemas. ¿Y por qué?

Ser bilingüe transforma el cerebro

Si alguna vez has aprendido o estás aprendiendo una lengua extranjera, seguramente estarás de acuerdo en que te “reconfigura” el cerebro. Puede que suene raro, ¡pero es que es así! Aprender otro idioma modifica la forma de pensar, sobre todo cuando se llega a un nivel alto de dominio de la lengua. Se resuelven problemas y se toman decisiones de manera más eficiente. De esto la comunicación sale beneficiada por diferentes razones, pero, principalmente, es por el hecho de que el cerebro está acostumbrado a filtrar información innecesaria. Por ejemplo, un cerebro bilingüe piensa en dos lenguas simultáneamente. Una persona bilingüe tiene la capacidad de saltar de un idioma a otro con bastante facilidad. También pueden tener conversaciones en los dos idiomas al mismo tiempo sin tener absolutamente ningún problema para seguirlas.

Una lengua extranjera no solo nos beneficia en nuestra vida profesional, sino que también nos ayuda a desarrollar las competencias conversacionales y a saber resolver mejor los problemas. La lista de ventajas continúa, pero la recompensa más valiosa de ser bilingüe es la manera en la que ampliamos nuestra visión del mundo. Cada idioma trae consigo una nueva perspectiva que nos ayuda en la forma en la que entendemos y nos relacionamos con los demás. Esto enlaza con la “reconfiguración” del cerebro que comentaba, y es que, esta recalibración va más allá de la de poder hacer varias tareas simultáneamente.

Ser bilingüe enriquece tu vida personal

Los motivos más frecuentes para aprender un idioma nuevo suelen ser la familia, los amigos y las nuevas relaciones con otras personas. Ya sea porque tus padres querían asegurarse de que entendieras a tus abuelos, o porque te has mudado a otro país e intentas hacer amigos, o porque te has enamorado y quieres entender mejor a tu media naranja… Estos son algunos de los factores más motivadores y los beneficios, de valor incalculable, que aportan a nuestra calidad de vida. A través de una lengua, una persona es capaz de conectar y entender otras culturas. Las perspectivas que obtenemos nos permiten comprender mejor cómo piensa otra gente o cómo reaccionan ante distintas situaciones. Y lo mismo te ocurre a ti: tu capacidad de valoración aumenta al entrar en juego otras perspectivas propias de otras lenguas.

Tómame a mí como ejemplo: siendo bilingüe de inglés y alemán tengo la impresión de que no solo puedo entender, sino también personificar cada mentalidad. Me resulta más fácil ser diplomática y justa usando mi mentalidad y vocabulario alemanes. Mi cerebro inglés, por otro lado, es mucho mejor expresando emociones y siendo empática. Mi mitad alemana puede ser honesta y directa (casi maleducada) sin que le tiemble el pulso, mientras que mi “yo inglés” es una versión más azucarada y, a veces, demasiado educada. Las dos se compenetran bastante bien y tienen como resultado a una persona bromista, relajada y espontánea a la que le gusta un horario de trabajo estructurado y sigue un sistema de reciclaje muy estricto, pero que, de vez en cuando, también se puede dejar llevar. En cierto modo, los dos idiomas sacan a la luz dos personalidades que muchos bilingües consideran prácticas en su día a día. Cualquiera que sea la combinación de idiomas que hables, lo que es seguro es que te ayudará a mejorar la percepción del mundo que te rodea.

Al construir puentes entre culturas y, en última instancia, entre personas, el lenguaje nos une y ayuda a despojarnos de los numerosos conceptos erróneos y prejuicios que, con demasiada frecuencia, se propagan por el miedo a lo desconocido.

Si aún no eres bilingüe, ¡nunca es demasiado tarde para empezar! Enseguida empezarás a notar los beneficios de esa “reconfiguración” cerebral. Puedes empezar ya mismo aquí en Chatterbug usando nuestras herramientas de estudio autónomo y la ayuda de nuestra comunidad de tutores, además de recursos de vídeo, vocabulario y explicaciones gramaticales. ¿A qué esperas? ¡Hoy es un buen día para empezar!

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